A continuación pondremos en línea dos artículos del dirigente político de izquierda de la República Dominicana y Catedrático Universitario, el Compañero Fernando Peña, los artículos son: Una Bomba en los Pies de Obama, y Golpe de Estado Diseñado y dirigido por personal Norte Americano.
Por:
Fernando Peña, MA.
Politólogo y Sociólogo, profesor de la UASD

Hillary Rodham Clinton, Canciller del imperio y Philip Crowley, Portavoz Adjunto del Departamento de Estado, han puesto al desnudo, por sus reacciones ante la llegada del Presidente José Manuel Zelaya Rosales al territorio de su país, no sólo la complicidad de los Estados Unidos en el golpe de Estado en Honduras, sino su papel rector dentro de una vieja y planificada estrategia contra la revolución bolivariana que como nueva oleada recorre todo el cuerpo del continente.

En sus declaraciones estos funcionarios del mismo imperio que gestionó Bush, rendidos ante las determinaciones del poder permanente de Estados Unidos, muestran su naturaleza política y le quitan la máscara a la hipocresía histórica del Partido Demócrata.

Mientras el Portavoz Adjunto del Departamento de Estado dijo: “Hemos dicho al Presidente Zelaya que consideramos que el foco de atención debe permanecer en las negociaciones actuales y en los esfuerzos de mediación del Presidente Arias”, la Secretaria del Departamento de Estado, Hillary Clinton, sentenció: “El intento de llegar a la frontera del Presidente Zelaya es temerario… No contribuye a los amplios esfuerzos para restaurar el orden democrático y constitucional en la crisis hondureña… urgimos al Presidente Zelaya y a todas las partes a reafirmar su compromiso con una solución pacífica negociada, con la integridad de la democracia hondureña y la seguridad y el bienestar del pueblo hondureño” .

Las gestiones internacionales del Presidente Zelaya y las fuerzas patrióticas han sido ingentes. La solidaridad mundial no ha podido ser mayor. La ONU por primera vez condena un golpe de Estado a unanimidad, la OEA se levanta de la tumba y reacciona condenándolo. El Movimiento de los No Alineados, el SICA, el MERCOSUR, el ALBA, el PARLATINO, el PARLACEN condenan el gorilismo militar. Visitó el Presidente Zelaya Estados Unidos desarrollando un manejo diplomático inteligente: el 30 de junio fue a la Asamblea General de la OEA, el 4 asistió a la expulsión de los golpistas de esa entidad y los días 11 y 12 de julio se reunió en el Departamento de Estado norteamericano con Thomas Shannon y Dan Restrepo.
Hillary Clinton dijo que: “lo ocurrido en Honduras se ha convertido en un golpe de Estado… la prioridad inmediata es restablecer el orden democrático pleno… colaborar con nuestros socios para restablecer el orden constitucional en Honduras” . Aparentemente lo propio, fue establecido por el Presidente Barak Obama.
José Steinsleger escribe “hay que leer para creer… El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, otorgó legitimidad a un gobierno latinoamericano derrocado por un golpe de Estado, y contrario a sus intereses. El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, líder máximo de este gobierno, fue recibido por el Departamento de Estado en Washington. Y una organización desacreditada por su rancia tradición golpista, la Organización de Estados Americanos (OEA), condenó el cuartelazo, pronunciándose a favor de Zelaya”
El Presidente Obama frente a estudiantes rusos señaló que “su gobierno no señala a otros países quiénes deben ser sus gobernantes… respetamos el principio universal de que los pueblos deben elegir sus propios líderes, coincidamos con ellos o no.”
En la ocasión se correspondía manejarse con la acostumbrada hipocresía demócrata. Su diferencia con los republicanos en materia de política exterior es formal. En los Estados Unidos el poder permanente lo ejerce el complejo militar-industrial y financiero, que maneja el cartel energético-petrolero. Por eso, su presidente depende aún del lobby republicano que le antecede y de los enclaves militaristas-terroristas que estimulan la ultraderecha latino-caribeña y las oligarquías tradicionales.
La diferencia es simplemente cosmética en tanto se manejan bajo una doble moral: falsa democracia en el discurso para el manejo mediático y las formalidades políticas, por un lado; y, por el otro, con la misma direccionalidad ideológico-política de dominación imperial en procura de iguales objetivos, aunque bajo la matriz “Smart Power” (Poder Inteligente).
A Estados Unidos, bajo conciencia e información del propio Presidente Obama y su entorno de confianza, se le dañó la operación golpista. La conspiración fue manejada abiertamente. Está confirmado que el golpe debió producirse tras la negativa del Presidente Zelaya a aceptar las pautas de la oligarquía hondureña, del mando militar tutelado por el Comando Sur y los experimentados conspiradores golpistas de la diplomacia norteamericana de puesto o eventualmente en Honduras, el día 25 de junio.
No es nada casual que a tres días del golpe el Departamento de Estado admite que tenía conocimiento de los planes golpistas. Quisieron cubrir el hecho diciendo que se habían reunido con sus protagonistas para disuadirlos a fin de que buscaran otra alternativa.
La experiencia histórica tiene que ser tomada en cuenta al reflexionar sobre esta tradición de la política norteamericana en nuestra América Latinocaribeña. Es el mismo molde y la misma lógica imperialista.
En República Dominicana, cuando el golpe de Estado a Juan Bosch en 1963, fundamentaron su actuación en la siguiente fórmula política; decían: “En Santo Domingo tenemos tres posibilidades en orden decreciente de preferencia: un gobierno democrático decente, un gobierno filo-comunista dirigido por Juan Bosch o la vuelta al Trujillato. Somos partidario de la primera (un gobierno democrático decente), pero mientras exista la posibilidad de la segunda (un gobierno filocomunista dirigido por Juan Bosch), no renunciamos a la tercera (la vuelta a la dictadura de Trujillo” .
Siete meses después de instalado el gobierno democrático del profesor Bosch fue derrocado. Para detener la lucha por su restitución mediante una rebelión militar encabezada por el Coronel Caamaño en 1965, nos invadieron militarmente con 42,000 soldados que fueron enfrentados por el pueblo en armas.
Los tres últimos golpes de Estado (Aristide, Chávez y Zelaya) patrocinados por el imperialismo en el continente han seguido un mismo esquema: Militares se alzan en nombre de la democracia, secuestran sus presidentes, los sacan del país, les inventan renuncias escritas y manipulan la opinión pública desde el poder mediático para ganar tiempo y crear situaciones de hecho.
En América Latina y El Caribe, por la tutela histórica que ha permitido a EU formar y controlar nuestras fuerzas armadas en sus procesos institucionales, no hay empresa golpista alguna que no tenga la factura imperial. De esta lógica sólo puede hacer se excepción de aquellas rebeliones militares de sentido progresista que han sido producto de la influencia de la lucha de clases general a lo interno de la sociedad en el seno de las fuerzas militares ordinarias de los Estados.