• Por
  • Tito Olivo
  • Economista y Político

Vivimos  una situación bastante difícil en el mundo, y si no tomamos medidas a tiempo, vamos directo a una catástrofe global que será  producida por nosotros los humanos, y esto está muy vinculado a un consumo desmedido, y al crecimiento de la población en una forma desmesurada.

Tanto la población como el consumo, crecen geométricamente, haciéndolo en una forma completamente desordenadas, y sin tomar cuenta que nuestro habitad, es finito, y por lo tanto, los recursos los son por igual; pero lamentablemente, los humanos no actuamos pensando en esto, sino en sentido contrario.

Al analizar la forma, en que consumimos nos damos cuenta que, en gran medida lo hacemos por desconocimiento de causa, o impulsado por el efecto de demostración que nos caracteriza a una gran cantidad de personas, en muchos casos inducidos por medio de las publicidades que nos persuaden a incrementar nuestro consumo de bienes, y otras veces por lo que se conoce como obsolescencia controlada o programada por parte de las empresas que, lo hacen en busca de mayores beneficios.

La obsolescencia controlada o programada se da, debido a que las empresas buscando mayor rentabilidad, les dan un periodo corto de vida a muchos de los bienes tecnológicos fabricados por ellos, donde estos son construidos, para que «mueran» pasado un tiempo y así crear la necesidad de comprar nuevos productos.

Otra estrategia de las empresas, es sustituir el equipo por otro nuevo con funciones más avanzadas antes del año, como sucede con los celulares, donde por medio de un plan de marketing inducen a una gran parte de los consumidores a cambiar el equipo. Tanto la obsolescencia controlada como esto, están produciendo grandes toneladas de basuras tecnológicas que están afectando negativamente el medioambiente.

El consumo de los derivados del petróleo es otro grave problema por el que atraviesa la humanidad, estos están presentes en una amplia gama de productos que van desde los combustibles hasta los medicamentos y alimentos, pasando por las ropas, plásticos, así como muchos componentes de vehículos y equipos electrónicos.

Además de la contribución al calentamiento global que nos da el uso intensivo del petróleo y sus derivados, principalmente el de los combustibles, obtenidos de este por medio de la refinación, y al ser quemados nos producen los gases de efectos invernadero.

También las grandes cantidades inmensas de desechos que, producen otros derivados del petróleo como los plásticos que, al ser descartado, van a parar a nuestros ríos y mares poniendo en peligro la fauna marina, donde muchos peces mueren al quedar enredado en ellos o al ingerirlos. Pero no solamente se ha presentado este problema con los peces, sino también con especies terrestres como las vacas que al consumir plásticos se han muertos por intoxicación.

De no controlar ese crecimiento desordenado, tanto de la población como del consumo, tarde o temprano llegaremos a nuestra autodestrucción. Nadie, espere, como dicen algunas sectas religiosas que, bajara fuego y azufre del cielo para acabar con toda la humanidad, o como dicen algunos científicos que, un meteorito chocará con nuestro planeta y destruirá toda la raza humana, como sucedió cuando desaparecieron los dinosaurios, no habrá tiempo para que esas cosas ocurran, seremos nosotros mismos los humanos, los responsables de nuestra destrucción, por nosotros, mantener una actitud irresponsable sobre estos temas.

Veamos ahora como la población va creciendo desordenadamente, donde este crecimiento requiere de un mayor consumo de bienes y de nuevos terrenos para ampliar las ciudades, despojando a la tierra de zonas boscosas que, absorben el CO2 de la atmósfera, y por otro lado, a los desechos no tener un tratamiento adecuado para deshacerse de ellos, van a incrementar los problemas que hemos, enumerados con antelación.

Para hacer conciencia sobre este tema, vamos a ver cual ha sido el comportamiento del crecimiento de la población que, unido a ese consumo, por consumir solamente que hemos, tenidos en nuestro planeta y que, lo hacemos como si nuestros recursos fueran infinito, lo cual tantos problemas nos ha causado.

Si analizamos el crecimiento poblacional a partir del año cero de nuestra era, veremos que la población mundial era de unos 250 millones de habitantes, de ahí hasta el descubrimiento de América, tuvimos un crecimiento porcentual de un 45.42% debido a que la población creció solamente en unos 208 millones de personas, colocándose 458 millones de habitantes planetarios.

Pero desde el descubrimiento de América hasta 1800, cuando la revolución industrial ya tenía 40 años de haberse iniciado, crecimos en un 83,20% llegando a la cantidad de 968 millones de habitantes en nuestro planeta, para esa época ya bordeábamos los mil millones de personas.

A partir de la revolución industrial y con el desarrollo científico tecnológico el crecimiento poblacional fue violento, transcurrido unos 100 años en el 1900 llegamos a 1,613 millones para una tasa de crecimiento de 66.63%; cuando desde el descubrimiento de América hasta la revolución industrial pasaron al rededor de 300 años, y la tasa de crecimiento de la población fue de 83.20%.

A partir del año 1900 los crecimientos fueron espectaculares, en 1950 eramos solamente 2,519, millones de personas, en 1970 llegamos a las 3,697 millones, pasando en 1980 a los 4,442 millones, en el 1990 llegamos a los 5,280 millones, en el 2000, arribamos a la cantidad de 6, 086 millones de personas y hoy rondamos los 7, 500 millones de  habitantes.

Si tomamos como base la población de 1970 cuando en el mundo teníamos 3,697 millones de habitantes, y la comparamos con la de hoy que ronda los 7,500 millones de habitantes, vemos que en 48 años crecimos a una tasa de 50.7 de mantenerse ese crecimiento en 50 años estaremos más que duplicando la población actual, y eso será un grave problema a enfrentar por nuestros descendientes.

Con una población que duplique la actual, se va a necesitar una mayor cantidad de tierra productiva para el cultivo de los alimentos que, dicha población va a necesitar para alimentarse, y también para vivir, con la agravante de un consumo que será el doble al de hoy, de mantenerse la manera, en que, lo estamos llevando a cabo.

De no buscar una solución basada en un control de la natalidad, y de un consumo responsables apoyada en una economía circular, donde nada se pierda y todo se transforme, abriéndole paso al uso de las energías renovables y al hidrógeno estaremos abocados a una gran catástrofe planetaria.

Quiero concluir con esta reflexión, el materialismo histórico, desde hace un tiempo, en su oposición a los metafísicos plantearon que: todo cuanto existe se da la unidad y lucha de lo contrario, y con eso, nos decían que todo lo que existe lleva dentro el germen de su autodestrucción, y esto es lo que exactamente, está quedando demostrado con ese crecimiento poblacional y consumo desproporcionado, donde nosotros mismos estamos produciendo la destrucción de nuestro habitad.