LAS EXPEDICIONES DE MAIMÓN Y ESTERO HONDO: LA LUCHA SIGUE 50 AÑOS DESPUÉS

Por Jesús Méndez Jiminian 

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          “Vamos a abonar con nuestra sangre las playas de la República Dominicana. En esa sangre, estoy seguro que germinará el árbol de la libertad”. 

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          José Cordero Michel,

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          expedicionario del 19 de Junio de 1959 

En la expedición de Constanza integrada por unos 54 hombres, sólo el 19% de ellos murió en combate; el resto, el 81% fue apresado, de los cuales un 9% fue fusilado en el lugar de su captura, y un 37% llevado a la Base Aérea de San Isidro, y luego torturados en las cárceles de la 40 y El 9; se desconoce el porcentaje de los que murieron tras las torturas del régimen. 

De las expediciones marítimas de Maimón y Estero Hondo no se disponen de muchas informaciones. Los yates en que llegaron a estos lugares de la costa norte del país, fueron el Carmen Elsa y Tinima; debido a la rotura del timón del Carmen Elsa, al agotamiento o escasez de combustible, alimentos y agua potable entre los expedicionarios de este yate, un total de 121 hombres, hubo todo tipo de situación difícil: mareos, vómitos, deshidratación, etc., y hubo de ser rescatado, para luego desembarcar por Maimón. 

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  “Hay que imaginar – apunta el doctor Emilio Cordero Michel en una obra suya titulada Las Expediciones de Junio de 1959 – como se sentían esos patriotas: angustiados y temerosos de que el yate fuera detectado flotando como un tronco en el océano y destruido por la aviación o marina trujillistas; desesperados por estar aislados de los demás compañeros a quienes imaginaban combatiendo en Constanza y La Isabela sin su apoyo; frustrados por no haber podido cumplir su misión; en definitiva, el Carmen Elsa se convirtió en una especie de infierno flotante”. 

El yate Carmen Elsa fue rescatado por varias fragatas cubanas, por pura casualidad, gracias a un radioaficionado que recibió el mensaje y lo informó a la marina cubana. Las instrucciones después del rescate era llevarlos a Cuba, a lo que se opusieron los expedicionarios, quienes se repusieron un poco y se aprovisionaron de combustibles, alimentos y agua potable. El comandante José Horacio Rodríguez estaba al frente de este grupo. Transportaba este yate, 121 combatientes de los que quedaron para desembarcar luego, 96. 

Nada sabían los expedicionarios del yate Tinima de las dificultades que habían pasado sus compañeros en el Carmen Elsa. Uno de los expedicionarios que no pudo desembarcar en el Carmen Elsa fue el doctor Virgilio Maynardi Reyna.  

Cerca de las 12 de la noche del 19 de junio de 1959 los dos yates: Tinima y Carmen Elsa se dirigieron hacia Estero Hondo y Maimón, respectivamente. Los objetivos primarios por donde inicialmente desembarcarían eran: Sosúa y La Isabela, que resultaban con cierto riesgo producto de que se presumía que Trujillo tenía informaciones ya de estos puntos. 

EL DESEMBARCO DE LOS EXPEDICIONARIOS 

Al amanecer del día 20 de junio de 1959, el yate Carmen Elsa fue detectado acercándose a la Bahía de Maimón por el guardacostas CG-101, desde donde se disparó para la detención de su navegación; el guardacostas avisó a la Base Aérea de San Isidro de que había tenido respuesta con armas de fuego desde la embarcación de los expedicionarios. La aviación fue informada de cuanto acontecía en la zona y rápidamente se presentó con una escuadrilla de cazas P-51 que ametralló y bombardeó al Carmen Elsa. Luego arribó otra escuadrilla de aviones a chorro Vampiro, y otros P-51 y P-47 y la corbeta C-105 se presentaron e inmisericordemente lanzaban desde aire y mar bombas incendiarias de nalpam y fragmentarias de 500 kgs. 

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  “Algunos expedicionarios – dice Emilio Cordero Michel – murieron en la playa o ascendiendo las laderas que llevaban a la finca ganadera La Catherine y al peñón de Las Dos Hermanas; otros quedaron heridos leves o de gravedad, como el comandante José Horario Rodríguez. Unos 40 expedicionarios se parapetaron entre las cavidades de Las Dos Hermanas y montaron 2 ametralladoras calibre 50 y 30. Ya a media mañana habían llegado la artillería y los blindados, que se unieron al concierto de fuego contra los expedicionarios: habían venido a morir y sólo dejaron de disparar cuando se les acabó el parque. Algunos murieron durante esos 3 días de fuego infernal, poquísimos quedaron heridos y muchos fueron hechos prisioneros, llevados a Santiago y, desde allí, transportados por avión a la Base Aérea de San Isidro”. 

El bombardeo fue tan brutal que las rocas de aquellos lugares quedó completamente calcinada y los árboles de la zona y el pasto hecho ceniza, señala Cordero Michel. 

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  “Muchos expedicionarios pudieron romper el cerco y, en pequeños grupos, en parejas o solos, se dispersaron hacia el sur y suroeste buscando la Cordillera Septentrional… Todavía a finales de agosto y mediados de septiembre (1959), en el llamado cafetal de Ventura… al noroeste de El Mamey, quedaban 6 expedicionarios, que fueron muertos en emboscada, apresados y fusilados en el lugar”. 

De los 96 expedicionarios del Carmen Elsa, el 62%, es decir, unos 60 hombres, fueron hechos prisioneros, heridos, rematados y fusilados en la playa de Maimón. 

En Estero Hondo, donde desembarcó el yate Tinima de 48 expedicionarios, 47 lograron desembarcar por Punta Rusia. Un pescador de la zona los ayudó a desembarcar, se dice. El grupo de expedicionarios, una vez en tierra, logró dividirse en dos grupos: uno se dirigió por la llanura hacia las lomas de la Cordillera Septentrional; el otro, por los acantilados de la zona. 

Dos pilotos de aviones P-51 que sobrevolaban la zona a las 8 de la mañana divisaron el yate y luego dieron la noticia a los organismos correspondientes del régimen trujillista. Ya al anochecer el día 20 de junio había unos tres mil soldados al servicio del régimen en la zona. En apenas dos semanas los expedicionarios de Estero Hondo fueron liquidados. 

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  “De los 144 expedicionarios que desembarcaron por Maimón y Estero Hondo señala Cordero Michel, la tercera parte (33%) murió en combate; el 19% fue apresado con heridas y rematadas en el lugar; 11% cayó prisionero y fue fusilado o ahorcado… y el restante 36% llegó ileso a San Isidro, donde después de torturarlos, fueron fusilados”. 

De un total de 198 revolucionarios de las expediciones de Constanza, Maimón y Estero Hondo, apenas 6 lograron sobrevivir. Hoy día sólo viven Delio Gómez Ochoa, Mayobanex Vargas y Poncio Pou, quienes encarnan la raza inmortal, y de los que el pueblo dominicano debe estar orgulloso por su heroísmo y valentía sin igual. 

No sin antes concluir, debemos llamar la atención de las actuales autoridades sobre el estado de abandono en que se encuentra el Monumento a los héroes de Maimón y Estero Hondo. Sería indigno dejarlo al abandono, y a la suerte de sin vergüenzas y charlatanes que sin el menor pudor saquean, destruyen y hacen sus necesidades fisiológicas de manera delincuencial en un símbolo de la resistencia la dignidad y el decoro contra la tiranía trujillista.  

¡Que vivan los héroes y mártires de Junio de 1959 siempre en nuestros corazones! 

¡VENCEREMOS!