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Economía

Comportamiento de la economía Dominicana en el 2018, y la perspectiva para el 2019

La energía sigue golpeando las economías

• Por Tito Olivo
• Economista y Político

Si queremos darnos cuenta de que avanzamos, al inicio de un nuevo año es natural que hagamos una evaluación de lo sucedido en el año que finaliza, y a la vez, ver los desafíos del nuevo año que se inicia; eso es así en todas las cosas de la vida, y en economía no es diferente, es por eso que haremos un análisis de todo cuanto ha sucedido en nuestra economía en el año recién finalizado, y a la vez, ver cuáles serían nuestros retos.

Para este estudio, tomaremos en cuenta el informe del Banco Central Dominicano que analiza la economía dominicana con datos preliminares, que van de enero a septiembre del 2018, donde se nos dice que esta tuvo un crecimiento de un 6,9%; lo que indica, desde la óptica del crecimiento que, para el 2018 se va a tener otro año de buen comportamiento económico, porque se mantendrá un fuerte crecimiento.

En la información que sirve el Banco Central vemos que, los sectores que más contribuyeron al crecimiento fueron: Construcción (10.9%), Zonas Francas (12.0%), Comercio (8.9%), Salud (8.7%), Comunicaciones (8.0%), Servicios Financieros (7.7%), Agropecuario (6.9%), Transporte y Almacenamiento (6.7%), Manufactura Local (6.3%), Energía y Agua (6.1%), Hoteles, Bares y Restaurantes (5.4%), entre otras.

Sé que el crecimiento tiene su importancia, pero no lo es todo en una economía, existen otras causas, como la distribución del ingreso y los niveles de desigualdades, que hay que tomar en cuenta, pero, si no profundizamos en las investigaciones, nunca podremos entender la realidad de lo que sucede, y es por eso que escuchamos a una gran cantidad de personas que dicen: de cuál crecimiento me hablan si veo que a la inmensa mayoría se la está llevando el diablo, y lo dicen con fundamento, porque el crecimiento no ha impactado positivamente en una gran parte de la población.

Si partiéramos solamente del crecimiento del PIB, nuestra economía sería una de las economías más pujantes a nivel global, y no lo es así; ya en otros artículos que he publicado por este medio, y en algunas cápsulas de la economía dominicana, me he referido a ese tema, donde, he expresado que la economía dominicana tiene alrededor de 50 años creciendo, menos a mediados de los años 80s y principios de los 90s cuando el PIB se contrajo en un 5% y la inflación fue de un 100%.

Después de las reformas económicas neoliberales aplicadas en nuestra economía a mediados de los 80s y en 1992, nuestra nación entró nuevamente en periodo de crecimiento moderado, con baja inflación hasta el 2002, produciéndose, en el 2003, una contracción del PIB del 1%, con fuerte devaluación monetaria y altos niveles de inflación, teniendo esta, un incremento por encima de un 27%, para retomar nuevamente la senda del crecimiento, aunque con altos niveles de endeudamiento.

Por lo tanto, los problemas que presenta nuestra economía son de otras especies y no del crecimiento del PIB, y las complicaciones que debemos de combatir son otras que tienen que ver con: el nivel de endeudamiento, tanto público como privado; bajos niveles de salarios y del poder adquisitivos de estos, donde el 85% de las personas que trabajan de manera formal perciben un ingreso menor a los 500 dólares al mes, lo que nos hace ser uno de los países más desiguales en un continente que es el más desigual a nivel mundial, también es necesario indicar la mala calidad de la educación y baja inversión en investigación y desarrollo, así como déficit fiscales y comerciales recurrentes.

Cuando estudiamos todo lo relacionado con el sector externo en el informe realizado por el Banco Central acerca de la economía dominicana en el 2018, nos podemos dar cuenta de la poca capacidad de generar divisas que tiene nuestro país, y de ahí se desprende, que esta sea una de las causas del alto nivel de endeudamiento que tenemos.

Debido a que tenemos una estructura productiva muy débil, nuestra balanza comercial, dentro de la balanza de pago, es altamente deficitaria; donde nuestras exportaciones, principalmente las nacionales en gran medida, son de productos primarios provenientes del campo.

Por el bajo nivel de desarrollo industrial de nuestra nación, existe un amarre entre la tasa de crecimiento del PIB y la tasa de importación, que se manifiesta en que, cuando el PIB crece, las importaciones usualmente se incrementan.

Al analizar las cuentas nacionales históricamente, vemos que tenemos un alto déficit recurrente en la balanza comercial dentro de la balanza de pago, pero debido al fuerte aporte de las remesas y el turismo dentro de la balanza de servicios, este déficit se disminuye en la balanza de cuenta corriente dentro de la Balanza de Pago, pero, no obstante, se mantiene.

Esta reducción del déficit en la balanza de cuenta corriente dentro de la balanza de pago se debe, como ya dijimos antes, además de los aportes del turismo, a las remesas que hacen los ciudadanos que han sido expulsados de nuestra economía, por la debilidad de la misma, cosa esta que es una paradoja, porque estas personas han tenido que irse a trabajar a otros destinos por no haber encontrado un trabajo aceptable en el país, que les permitiera vivir decentemente. Sin embargo, esta triste problemática, es una de las principales causas para mantener la estabilidad macroeconómica del país.

En la publicación del Banco Central de enero a septiembre del 2018, tenemos que, las exportaciones totales fueron de 8,271.6, unos 795.0 millones de dólares superior al mismo periodo del 2017, este crecimiento en las exportaciones se debió, entre otras cosas, al crecimiento de la economía norteamericana, que es nuestros principal socio comercial, pero aunque las exportaciones crecieron, también las importaciones tuvieron un fuerte crecimiento, pasando, de 13,326.7 millones de dólares de enero a septiembre del 2017, a 14,877.6 millones de dólares a igual periodo en el 2018, con un incremento de 1,550.9 millones de dólares, lo que ahonda el déficit en la balanza comercial dentro de la balanza de pago.

Este fuerte incremento de las importaciones se debe a dos situaciones que presenta nuestra economía: una, que, como ya hemos señalado más arriba, deviene del amarre que existe entre la tasa de crecimiento del PBI y las importaciones, debido a la debilidad de nuestra estructura productiva, y la otra, al incremento que tuvieron los precios del petróleo y sus derivados en el periodo analizado.

Esta alza en los costes de los carburantes fue debido, entre otras cosas, a la reducción en la oferta de parte de la OPEP, así como, de Rusia y de México, que, aunque no son miembros de ese cartel, trabajan en consonancia con ellos para incidir en los precios del petróleo.

Los precios del petróleo a partir del 16 de octubre presentaron una tendencia a la baja, cuando el WTI se cotizó a 72 dólares el barril, pasando a costar alrededor de 42 dólares el barril el 21 de diciembre del año recién finalizado, pero este comportamiento se ha revertido, por los acuerdos momentáneos en el aspecto comercial de E.U y China, así como, por la posición de Irak de acogerse al acuerdo de reducción de la OPEP, este, 16 de enero, el BREND costabá 60.81 dólares el barril y el WTI, 52.16.

La reducción de los precios de los combustibles tendrá un efecto positivo en lo que se refiere a la balanza comercial dentro de la balanza de pago, lo cual repercutirá en una disminución del déficit; pero en lo que atañe al problema fiscal, lo ahondará aún más, debido a que el Estado dominicano percibe una gran cantidad de sus ingresos por los impuestos a los combustibles, como son: el impuesto a los hidrocarburos, ley 112-00; impuesto selectivos al advaloren de los combustibles, ley 557-05, y el impuesto adicional del cobro de 2 pesos por galón a las gasolinas y al gasoil, premium y regular.

Por estos tres conceptos, el Estado recibió de enero a septiembre del 2018, la suma de 40,798.60 millones de pesos, siendo el 19.68% de los impuestos percibidos por el gobierno sobre los bienes y servicios, los cuales, después del ITBIS, son los de mayor contribución al fisco en este renglón.

En cuanto a los niveles de endeudamiento del país, mantuvimos la tendencia de sobre endeudamiento de otros años, pasando de 29,543.6 millones de dólares en el 2017, a 31,550.7 a noviembre del 2018; esto es sin tomar en cuenta la deuda del Banco Central. Este incremento acelerado del endeudamiento público tiene que ver, por un lado, a que el país no está produciendo las cantidades de divisas que requiere para el pago de la deuda y de las importaciones, y por el otro, a la existencia de un déficit fiscal, producido por dos situaciones, que son: altos niveles de evasión fiscal, y un gasto desenfrenado del Estado dominicano.

El gasto público de nuestra nación es muy desordenado, para demostrarlo podemos ver la investigación hecha por el programa El Día, del canal 11, que determinó que, en 4 estados de los Estados Unidos, el gobierno de esa nación tiene registrado solamente 14 vicecónsules, pero en la nómina de la Cancillería dominicana, existen 108 personas, siendo 8 veces mayor las cantidades de individuos nombrados con el consentimiento del Estado norteamericano, pero además, nos damos el lujo de tener 2 embajadores nombrados en la República Popular de China, uno, que es quien ejerce las funciones allá, y otro, que está aquí adscrito a la Cancillería, pero que, gana una fuerte suma en dólares.

Así como existe un gran dispendio en el ministerio de Relaciones Exteriores, en otros ministerios se repite esta situación, pero de otras formas, ya sea por medio de contratos alegres de contratación de personal, o de nombrar personas que cobran sin trabajar. Además, tenemos otros problemas, como son, instituciones donde se dan las duplicidades de funciones, y, por ende, de pagos salariales, y muchas personas cobrando grandes sumas de dinero por participar en los consejos de administración de instituciones descentralizadas del gobierno.

Por los signos que viene presentando la economía a escala global para este 2019, donde se presagia una nueva crisis económica, se requiere de una gran mesura en el gasto estatal, así como tratar, por todos los medios posibles, de llegar a un pacto fiscal para lograr disminuir la evasión fiscal.

Son varios factores los que se han unido para hacer estallar una nueva crisis, y entre ellos tenemos: alto nivel de endeudamiento global, enfrentamiento entre las dos grandes potencias económicas, como son la China y la Norteamericana, fuerte caída de los índices bursátiles de Estados Unidos, China y Europa en diciembre pasado, así como la elevación de la tasa de interés por la reserva federal.

De presentarse una crisis en la economía global, esta va a afectar seriamente a los Estados Unidos, y este, se quiera o no, es nuestro principal socio económico, lo que implica que nuestras exportaciones hacia ese destino se disminuirán, así como la llegada de turistas, y el envío de las remesas de los dominicanos radicados en esa nación.

Ante esa situación, debemos de aprovechar el establecimiento de las relaciones con China continental, para reestructurar el sector energético y el industrial, pero, por otro lado, debemos mejorar la calidad del gasto público y de la enseñanza en nuestras escuelas, así como promover la investigación y desarrollo en nuestras universidades y empresas, para, de esa forma, poder ser más competitivo.

 

2 Comentarios

  1. pedro ciprián

    En esté análisis de la economía dominicana , me uno en un 100% por los criterios ebozados y por el alto componente de endeudamiento, déficit fiscal, corrupción administrativa, concentración del ingreso, empobrecimiento de los sectores productivos, incapacidad fiscalizadora del congreso nacional y la cámara de cuentas en sus atribuciones constitucionales como las enormes erogaciones en que incurre el estado en el pago de los peajes sombras y la corrupción desmedida de las instituciones públicas en entes de colecturias de tráfico de influencias políticas , préstamos e inmobiliaria de concursos.

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