Por Tito Olivo
Economista y Político
La República de Honduras, se encuentra situada en el centro norte de América Central, con una población de 9 millones 113 mil habitantes, con un PIB global de unos 19,303 millones de euros, y el PIB per capita es de 2,118.33 millones de euros.

Honduras es la economía 103 de un ranking de 195 naciones, lo que la coloca como una nación de ingresos medios- bajos, donde el 66% de la población vive en la pobreza y uno de cada cinco hondureños vive con 1.90 dólares al día. Este gran desequilibrio socio-económico se presenta, desde el mismo momento en que, surgen grupos económicos, muy vinculado al campo, especialmente al Enclave Bananero.

Gran parte de la situación que vive hoy el pueblo hondureño, tiene su base en los hechos sucedidos en el año 1911, cuando Samuel Zemorray funda su propia empresa que fue una gran competidora de la United Fruit Company, se llamaba la Cuyamel Fruit Company, con un capital inicial de cinco millones de dólares; la historia de Zemorray en Honduras está muy vinculada al derrocamiento del presidente Davila quien había asumido la presidencia el 18 de abril del 1907.

En diciembre de 1910, Zemurry financia la sublevación del general Bonilla, comprándole el yate HORNET, para que este abordo de esa nave, zarpara hacia Honduras, para derrocar el gobierno de Davila; en esta aventura lo acompañabandos ciudadanos norteamericanos, con antecedentes poco gratos: el General Lee Christmas , ex conductor de locomotora y mercenario, así como el soldado de fortuna, Machine Guy Malony; llevaban para su aventura, una caja de fusiles, tres mil cartuchos y una ametralladora.

Ese levantamiento, logró su cometido al obligar al Presidente Dávila a renunciar en los últimos días del mes de octubre del año 1911, el victorioso General Bonilla ascendía a la silla presidencial, y se constituía en presidente de la República; 8 meses después de llegar al poder Bonilla le da una serie de concesiones a Samuel Zemurray, como pago a su servicio prestado.

Las concesiones a Zemurray, consistieron: en tierras agrícolas, exención de impuestos y autonomía propia del estado hondureño, lo que ayudó a salvar su negocio. » Se le atribuye a Zemurray la frase «en Honduras una mula vale más que un diputado», mantuvo sus negocios en colaboración con la élite política hondureña, y a pesar de ser un gran competidor de la United Fruid Company, en 1930 decidió vender la Cuyamel Fruit a cambio de 31 millones de dólares.

Zemurray juega un rol preponderante en el derrocamiento en Guatemala de Jacabo Arbenz en 1954, cuando Arbenz anunció su plan de repartir las tierras agrícolas sin usar, advirtiendo Zemurray que tal medida significaría una pérdida en las ganancias de la United Fruit Compay debido a que, estimularía el minifundio entre los campesinos y los alejaría de trabajar como peones asalariados de la United.

Para materializar el derrocamiento de Jacobo Arbenz, Zamurray contrató al publicista norte americano, Edward Bernays, con el objetivo de preparar y lanzar una amplia campaña de relaciones públicas, con la finalidad de convencer a las autoridades del gobierno estadounidense de la «necesidad» de derrocar a Arbenz.

Para lograr su objetivo, se acusó a Jacobo Arbenz y a su régimen de ser «agentes del marxismo Internacional», gracias a la vasta red de políticos y abogados estadounidenses que, tenían vínculos comerciales con la UFC. La campaña tuvo éxito y en el 1954 EEUU apoyó el derrocamiento de Arbenz.

Después del golpe de estado a Jacobo Arbenz en 1954, en Honduras se produjeron 5 golpes de estados hasta el día de hoy que, solamente han contribuido a profundizar los niveles de pobreza de esa hermana nación, y mantener en el poder a las élites conservadoras muy vinculadas a los Estados Unidos.

El férreo control que tienen los grupos económicos conservadores hondureños sobre la economía y del estado, es lo que le ha permitido concentrar altos niveles de riquezas en pocas manos, pero a la vez, han sumido a las grandes mayorías en un gran atraso económico y social, haciendo que esta nación promedie la tasa más altas de pobreza extrema de toda Centroamérica, con un 19.6% de toda su población.

Cuando se daban pasos certeros para revertir la situación depauperada en que vive esa nación, la fracción burguesa dominante, el 28 de junio del 2009, derrocaron el gobierno de Mel Zelaya, para así frenar las transformaciones sociales que, estaba llevando a cabo, y que habían contribuido a la reducción de la pobreza y se avanzaba firmemente, para construir una sociedad más justa y llevadera, donde las riquezas de ese país en gran medida estuvieran al servicio de las grandes mayorías, pero no lo permitieron esos sectores ultra-conservadores que, siempre han impuestos sus decisiones.

Cuando una luz de esperanza parecía brillar en el cielo hondureño, y todo indicaba que habría un cambio de gobierno; el domingo 26 de noviembre de este año, el pueblo hondureño decidió ir a las urnas, para elegir un nuevo presidente. En dicha contienda participaron el actual presidente de la República, Juan Orlando Hernández, quien busca la reelección presidencial por el Partido Nacional, Salvador Nasralla, acompañado de Xiomara Castro, la esposa del ex presidente Zelaya, por los partidos Libertad y Refundación de izquierda e Innovación y Unidad de Centro, y Luis Zelaya por el Partido Liberal.

El pueblo de Honduras votó, y lo hizo abrumadoramente por el cambio representado por Salvador, los primeros boletines presentaban claramente la tendencia del triunfo de Salvador Nasralla con 45.17% le llevaba un 5% de los votos al candidato a la reelección, con un 57% de las mesas escrutadas, cuando sucede lo inimaginable, un apagón que saca del aire el conteo de los votos, y después de 18 horas en silencios, al iniciarse de nuevo el conteo, el margen de Nasralla se redujo, hasta desaparecer, y darle la victoria a Juan Orlando Hernandez.

Esta situación, se ha ido profundizando, y hoy Hondura se encuentra sumida en una gran crisis política, y social, pareciéndose mucho a la vivida en nuestro país, en mayo de 1990, cuando el profesor Bosch aventajaba en las elecciones al candidato a la reelección Dr. Joaquin Balaguer, y por coincidencia de la vida se dio un apagón y también después de estar perdiendo Balaguer las elecciones, después del apagón, apareció siendo el ganador.

Marx, en su libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte dijo “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa.”.

Parafraseando a Marx, podemos decir que, por primera vez, este hecho se nos presentó a los dominicanos como una tragedia que, grandes daños nos ha causado, pero hoy al hermano pueblo de Honduras se le presenta como una farsa que, de materializarse, veremos que las honduras de ese pueblo, serán más profundas, debido a que la pobreza y las desigualdades serán mayores.

Hoy el hermano pueblo de Honduras requiere de nuestro concurso, mañana no sabremos, cual de nuestras naciones hermanas será la que viva esta situación amarga, pues todos tenemos ese enemigo común que, nunca querrá que nuestros países sean libres e independientes. Todos los Latinoaméricanos tenemos que levantar nuestras voces solidarias, para que se respete la voluntad popular expresada libremente en las urnas en Honduras.